Con la baja confirmada de su pivote titular, la temporada del Jazz se hace más larga que ninguna. De 8 encuentros consiguieron ganar 3 y son 12º en el salvaje Oeste.
Walker Kessler, uno de los jóvenes más prometedores del proyecto del Utah Jazz, deberá someterse a una cirugía en el hombro izquierdo que pondrá fin a su temporada después de apenas 8 juegos. El procedimiento será realizado en Los Ángeles y buscará reparar un desgarro del labrum y dejar al jugador listo recién para el inicio de la campaña 2026/27.
El pivote de 24 años había comenzado el curso con números que ilusionaban: 14.4 puntos, 10.8 rebotes, 3 asistencias y casi 2 tapas por encuentro, mostrando una evolución notable en su juego ofensivo. Kessler incluso se animó a expandir su rango de tiro, participando con mayor fluidez en los sistemas de ataque del equipo. Sin embargo, las molestias en el hombro, que lo habían obligado a usar una banda de presión en los últimos partidos, terminaron por confirmar el peor diagnóstico posible.
La baja deja un hueco enorme en el esquema de Will Hardy, que ahora deberá reconfigurar su rotación interior. Jusuf Nurkic asumirá la titularidad, pero el impacto defensivo y la energía de Kessler serán difíciles de reemplazar. En un Oeste cada vez más competitivo, Utah perdió a su ancla antes de encontrar estabilidad. Con récord de 3-5, la reconstrucción del Jazz vuelve a tambalear justo cuando empezaba a mostrar señales de identidad.
Además, el golpe llega en un momento contractualmente incómodo para el jugador. Kessler será agente libre restringido al final de la temporada, y sin poder demostrar continuidad ni consolidar su salto estadístico, sus aspiraciones de conseguir una extensión importante quedarán en pausa. Lo que parecía el año de su despegue terminará siendo una espera larga y frustrante tanto para él como para una franquicia que sigue buscando rumbo en el Oeste.