El base que llegó como pieza menor en el traspaso por Chris Paul se transformó en una sorpresa de la temporada: números en alza, confianza total y una revancha silenciosa.
El destino de Ryan Rollins tras ser incluido en el canje rumbo a Washington fue inicialmente incierto, sumando apenas minutos en su segundo año. Sin embargo, su posterior llegada a Milwaukee marcó un punto de inflexión. En su cuarta temporada NBA, Rollins ha pasado de ser un prospecto con el estigma de ser «descarte» a una pieza clave, especialmente ante la ausencia de jugadores importantes. Sus recientes actuaciones son un testimonio de su desarrollo, con un impacto que excede la hoja de estadísticas tradicional. El base ha pasado a ser uno de los líderes de la liga en robos en el inicio de la temporada 2026-26, destacándose en ambos extremos de la cancha
Los datos duros reafirman su crecimiento vertiginoso. Más allá de sus números brutos, que ya superan con creces lo que ofrecía en sus limitadas oportunidades en Golden State, Rollins está demostrando una madurez de juego inesperada. Su racha reciente es deslumbrante: un promedio de 20.0 puntos, 6.0 asistencias, 3.6 rebotes y 2.4 robos en sus últimos cinco juegos, con una mejora palpable en la eficiencia. Su desempeño estelar de 16 puntos y 8 asistencias en la reciente derrota ajustada ante Sacramento y su mejor marca personal de 32 puntos contra su exequipo, los Warriors, lo consolidan como un nombre emergente. Estos números no solo son los mejores de su carrera, sino que lo posicionan como un potencial candidato al premio al Jugador Más Mejorado (MIP).
La metamorfosis de Rollins, junto con el resurgir de Jordan Poole (quien ha mantenido su producción ofensiva por encima de los 19 puntos por partido en Washington), expone la miopía de Golden State. El sacrificio de juventud y potencial por un all-in con Chris Paul, que culminó con una temprana eliminación y la peor campaña de la dinastía, no ha generado los frutos esperados. Mientras Chris Paul vio sus promedios caer a 9.2 puntos y 6.8 asistencias en su única temporada, el valor de Rollins como base atlético y defensivo, sumado a la capacidad anotadora de Poole, se ha multiplicado.